Aplicaciones de encartonadoras

La caja es una forma troquelada, preencolada en su lado más largo y normalmente plana, destinada a contener el producto; éste se inserta por un extremo de la propia caja.

Interior de la caja

Las aplicaciones de encartonado exigen una coordinación perfecta de diferentes flujos de materiales y pueden incluir tipos muy distintos de materiales, estructuras de cajas, dimensiones y formas de productos y métodos de sellado. La propia caja se crea a partir de una forma plana básica que permite obtener una caja o bandeja tridimensional; para ello, se realizan complejas operaciones de plegado o grapado. Para introducir el producto en la caja se utilizan, por ejemplo, sistemas de recogida y colocación (“pick-and-place”) o robots. A continuación, se sella la caja y se carga en otra caja formada por separado.

Exterior de la caja

A menudo los procesos de encartonado se coordinan con operaciones de envasado en blísteres, sellado o acondicionamiento, entre otras, con el fin de integrar las operaciones de alimentación, clasificación y transporte y el resto de procesos necesarios para este procedimiento. Para conseguir sincronizar todos estos procesos, es necesario conseguir un posicionamiento preciso en todos los lugares (y, en muchas ocasiones, a altas velocidades).

Productos compatibles

Productos alimentarios a granel o preenvasados que haya que introducir verticalmente en cajas; por ejemplo: pasta seca, cereales, sal, azúcar, galletas, comida congelada, chocolate, dulces, harina y todo tipo de alimentos para mascotas. Productos químicos como detergentes en polvo o en pastillas, fertilizantes, pesticidas, bicarbonato, pegamento, lechadas y productos en polvo en general, así como líquidos u otros productos preenvasados en bolsas, botellas o viales. Los productos como artículos de ferretería de metal o plástico, las semillas de plantas y otros productos, ya sean tradicionales o innovadores que se hayan mencionado o no, se analizan y empaquetan con equipos más adecuados.